martes, 31 de mayo de 2011

El uso de la tecnología cambió la cotidianidad de las familias

The New York Times
Karl y Dorsey Gude, de East Lansing, Michigan, pueden recordar mañanas más simples, no hace mucho tiempo. Se sentaban juntos y conversaban mientras desayunaban. Leían el periódico y solo competían con la televisión por la atención de sus dos hijos adolescentes.

Así fue el siglo pasado. Hoy, Karl Gude se despierta alrededor de las seis de la mañana para revisar el correo electrónico de su trabajo, así como sus cuentas en Facebook y Twitter. Los dos muchachos, Cole y Erik, empiezan cada mañana con mensajes de texto, videojuegos y Facebook.

La nueva rutina pronto se convirtió en una fuente de conflicto en la familia porque Dorsey Gude se quejaba de que la tecnología se estaba robando el tiempo que pasaba junta la familia. Sin embargo, finalmente, hasta ella sucumbió parcialmente, y abre su computadora portátil después de desayunar.

“Cosas que pensaba eran inaceptables hace unos años, ahora son algo común en mi casa”, comentó, “como que los cuatro empezamos el día en nuestras cuatro computadoras en cuatro habitaciones distintas”. 

La tecnología ha trastocado rutinas de la vida, pero a muchas personas les ha alterado completamente los rituales otrora previsibles al inicio del día.
Hoy es de mañana en Estados Unidos en la era de internet. Después de seis a ocho horas de privación de la red –también conocida como sueño–, es cada vez más la gente que se despierta y se abalanza sobre los teléfonos celulares o las computadoras portátiles, en ocasiones incluso antes de bajar los pies al piso y atender necesidades biológicamente.

“Solía ser que te despertabas, ibas al baño, quizá te lavabas los dientes y recogías el periódico”, dijo Naomi S. Baron, catedrática de Lingüística en la Universidad Estadounidense, que ha escrito sobre el empuje de la tecnología en la  cotidianidad. “Pero lo que ahora hacemos primero cambió drásticamente”. Los hijos de los Gude duermen con los teléfonos junto a sus camas, empiezan el día con mensajes de texto en lugar de con despertadores. Karl Gude, instructor en la Universidad Estatal de Michigan, los despierta mandándoles textos.

Usamos el envío de textos como un intercomunicador interno”, explicó. “Podría solo subir las escaleras, pero ellos siempre contestan los mensajes”. Los Gude empezaron hace poco a apagar sus aparatos los fines de semana para compensar la reducción del tiempo juntos.

En otros hogares, el impulso por estar en línea antes de salir por la puerta agrega una capa extra de caos al de por sí frenético barullo matutino. Desde hace mucho, las mañanas entre semana son frenéticas, situaciones inconexas, y en los sesenta, se desarrollaron productos como la avena instantánea Quaker para encajar en un estilo de vida ya acelerado.

Pero las familias que solían pelearse por la ducha o el periódico, ahora lo hacen por el acceso a la única computadora en casa, o si no deberían usar aditamentos para comunicarse unos con otros. “Solían tener cobijitas; ahora tienen teléfonos, que incluso traen su propio cordón umbilical directo al cargador”, expresó Liz Perle, una madre de San Francisco que lamenta la inmersión en la tecnología muy en la mañana de sus dos hijos adolescentes.

El aumento en quienes se levantan temprano y usan sus aparatos se refleja en los patrones del tráfico inalámbrico y en línea. Las compañías de internet que solían observar un aumento en los niveles de tráfico solo cuando la gente se conectaba en el trabajo, ahora lo ven mucho más temprano.

Arbor Networks, una compañía de Boston que analiza el uso de internet, dijo que el tráfico en la red en EE.UU. desciende gradualmente de la medianoche a cerca de las seis de la mañana en la costa este y después recibe una buena sacudida matutina de cafeína. “Es un cohete que despega a las siete de la mañana”, expresó Craig Labovitz, principal científico de Arbor. Akami, que ayuda a sitios como Facebook y Amazon a mantener el ritmo de la demanda de visitantes, indicó que el tráfico despega incluso más temprano, como a las seis de la mañana en la costa este. Verizon Wireless informó que la cantidad de mensajes de texto enviados entre las siete y diez de la mañana se incrementó en 50% en julio, con respecto al año anterior.

Tanto adultos como niños tienen buenas razones para despertarse e iniciar sesiones. Es posible que mamá y papá se tengan que poner al corriente con los correos electrónicos de colegas en husos horarios diferentes. Los hijos revisan los mensajes de texto y publicaciones en Facebook de amistades que se van a la cama en horarios diferentes; y, en ocasiones, olvidan las faenas en el proceso.

En mayo Gabrielle Glaser, de Montclair, Nueva Jersey, le compró a su hija Moriah una computadora portátil Apple por su cumpleaños. En las semanas siguientes, Moriah perdió el autobús escolar en tres ocasiones y dejó de llevar a caminar al perro durante 20 minutos cada mañana para solo dejarlo salir brevemente.

Moriah reconoce que ha sido negligente respecto del autobús y el perro, y culpa aFacebook, porque la posibilidad de que la estén esperando actualizaciones cruciales de sus amistades hace que ingrese a la red tan pronto como despierta.

Algunas familias han tratado de establecer límites para el uso de internet por las mañanas.

James Steyer, fundador de Common Sense Media, un organismo no lucrativo que se ocupa de los niños y el entretenimiento se despierta cada mañana a las seis y pasa la siguiente hora con su BlackBerry, manejando correos electrónicos de contactos en diferentes partes del mundo. Sin embargo,  no se permiten computadoras portátiles ni teléfonos cuando se reúne con su esposa y cuatro hijos, de 5 a 16 años, a la mesa para desayunar.

Steyer indicó que él y sus hijos tienen la tentación de usar la tecnología desde temprano. Kirk, de 14 años, usa gran parte de su hora diaria asignada para los videojuegos en las mañanas. Incluso Jesse, de 5 años, empezó a preguntar cada mañana si puede entretenerse con algún juego del iPhone de su padre. Y Steyer dijo que siente constantemente el impulso de ver los mensajes en su BlackBerry, incluso en las mañanas reservadas para estar con la familia.

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